Algunos clientes se han acercado curiosos al ver tantas cámaras y libretas apuntando alrededor de una pira. Un grupo de italianos han acabado de comer plov y todo son buenas palabras. En una pared del comedor luce con orgullo un artículo de un diario finés una crónica del Drojov. "Siempre llenamos el comedor", dice satisfecho Monsur. Entre los turistas más habituales que vienen a probar plov, los principales son alemanes, italianos, franceses, españoles e israelíes.
Se trata de un plato nacional que se prepara tanto en bodas y festejos como reuniones familiares y en comidas de domingo. Cada ocasión requiere sus ingredientes selectos. Los imprescindibles son el aceite y la zanahoria, que ya lleva un rato friéndose. Además, nuestro plov contiene patata. La carne es otro de sus toques clave: durante los meses de calor se añade carne de ternera y en temporada de invierno lo más habitual, que es cordero.
Todo queda en casa
Monsur tiene 25 años y con su energía juvenil responde a nuestras preguntas entre viajes con platas llenas de comida. Su tío es el dueño del hotel y él ayuda como el resto de su familia. Sólo le separan del hotel en Bujara unas cuantas calles abajo.
Mientras dejamos que el fuego haga su función, Monsur se sienta con nosotros. Él estudia Física y Matemáticas en la Universidad de Bujara, y está muy interesado en las condiciones de los estudiantes en el extranjero. "Aquí es muy difícil acceder". Las pruebas son muy duras, hay muchos exámenes y todo son materias muy diversas. La prueba es que Monsur estudia también inglés. La carrera puede ser gratuita o por contrato. El Estado asume los 6 millones de sums (unos 1.500 euros) que se van devolviendo mes a mes a lo largo de los cuatro años. Al final, aun así, un 70% se devuelve al estudiante siendo relativamente barato el acceso un título universitario.
Más que degustar, devorar
Todos los expedicionarios llegan ya atraídos por el olor. Alrededor de la pira, las mujeres terminan de hacernos la demostración de cómo se hace un plov. Se añade la sal, el ajo y el condimento. Como somos huéspedes, nuestro plato tendrá garbanzos y pasas. Lo último será la base principal del plov, el arroz. Cuando ya está listo y Monsur lo sirve en la mesa, el salón está inquieto. Los tahinos suspiran, deboran, repiten. No queda ni un grano en los platos. Este plato de arroz ha resultado coincidir en el término de paella uzbeca, siendo la protagonista de todas las mesas.
Ingredientes:
– 1 o 2 kg de zanahoria cortada
– 5 kg de arroz (para 40 personas aprox.)
– ½ kg de garbanzos
– 500 g de pasas
– 4 dientes de ajo
– 1 litro de aceite
– sal