“Qué lástima, qué lástima, ese toro es un ganador”, se lamenta sacudiendo la cabeza Guillermo Mesa, el dueño del astado Mister T. Ha tenido otras tardes de éxito, pero en ésta no ha sonreído la fortuna. “Iba ganando; no sé por qué justo al final se fue corriendo”. Guillermo se dedica a la cría de toros para la lucha en Arequipa, un espectáculo que mueve mucho dinero tanto en premios como en apuestas. Mientras hablamos con él, su mujer (que había animado al toro como quien jalea al delantero de su equipo favorito) se marcha casi llorando en busca del animal. “Le faltó un mes más de descanso”, continúa Guillermo. Según explica, tras una pelea los toros descansan unos tres meses, durante los que se alimenta y entrena (con largos paseos para ejercitar la musculatura) para el siguiente combate. Se despide con un apretón de manos y una sonrisa triste en su cara grande, de rasgos duros de hombre de campo: “así es este juego, hay que aceptarlo. Otra tarde tocará ganar”. En sus pasos lentos, al marcharse, está la promesa de fuerza de un toro que espera.
«Otra tarde tocará ganar»
Conocemos a Guillermo Mesa, dueño de uno de los toros que se han enfrentado esta tarde en el espectáculo de lucha de toros de Arequipa.