Hugo Vicente es Licenciado en Comunicación Audiovisual; Manuel Menéndez estudia Biología; Diana Sanchís cursa Administración y Dirección de Empresas; Irene Romero estudia Historia del Arte e Isabel Martínez se acaba de licenciar en Derecho.
“Este viaje me ha enseñado el verdadero significado de la palabra compartir”, así de contundente resume Isabel su experiencia en Tahina-Can Bancaja. “Cuando vuelves a tu realidad y te paras a pensar en todo lo que has vivido allí te das cuenta de lo mucho que se puede hacer por los demás.” Diana, por su parte, nos aclara lo que pensaba antes de iniciar el viaje: “Tenía muy altas expectativas y se cumplieron con creces. Mi propuesta era no parpadear en 11 días y mira, la necesidad fisiológica me traicionó…”.
Irene, en cambio, se embarcó en Tahina por “abrirme los ojos”. Por su parte, Hugo, quería vivir una aventura con un grupo de personas con las que comparte inquietudes “y de las que también aprendes nuevas cosas”.
Manuel, biólogo, nos dice que “a nivel profesional, me pareció muy interesante el contraste de ecosistemas y especies y poder compararlo con lo conocido, me asombraron mucho las similitudes. A nivel personal, amplié las fronteras de mi mente en todos los sentidos.” Para Hugo este viaje ha sido una revalida en la que ha podido poner en práctica lo mucho que se aprende en la facultad durante los cinco años. "A nivel personal ha significado una apertura de mi mente y de la visión que muchas veces se nos vende de Latinoamérica desde España."
Para Irene el viaje le ha enseñado que no hace falta toda una vida para hacer una amistad, ”que vale tan solo con unos cuantos días muy intensos para hacer amistades que nunca olvidarás.”
Con relación al trabajo hecho durante los 11 días, Diana nos confiesa que “una cámara de vídeo y yo ahora somos como uña y carne. He podido aprender mucho sobre la cámara, los planos y la edición, han despertado en mi un hobbie adormecido. Ahora toca explotarlo.”
Hugo: “Una palabra: Concienciación”
Manuel: “un viaje que nunca podré olvidar.”
Diana: “Un regalo. Ha sido emoción. El nudo en la garganta me visitaba constantemente al ver un paisaje, un comentario de los niños, un abrazo de una familia al dar una linterna como si le hubieras dado la vida, un gesto, una situación… lo viví todo muy intensamente. La experiencia Tahina-Can Bancaja ha sido toda una lección. Me ha ayudado a despertar mayor interés por aspectos sociales y a ensanchar uno de los caminos que quiero seguir en mi vida.”
Irene: “Ilusión y amistad.”