Edición Noticias 2024, Uganda

La relación entre la medicina ancestral y la académica en la Uganda rural

Pablo Bermúdez

Por Alexandra Gil

El chamanismo es una práctica ancestral que sobrevive actualmente en algunas zonas rurales, especialmente en Sudamérica. La Expedición Tahina-Can Bancaja 2009 ya dio a conocer estas tradiciones locales en su visita a la tribu de los kichwas en el corazón de la selva amazónica. Sin embargo, en algunos países de África, como es el caso de Uganda, también ha logrado perdurar.

Los habitantes de la comunidad rural de Bigodi recurren al chamán para obtener remedios de curación. Es el médico de la población, pero sus funciones no se limitan hasta el ámbito de la salud. Los médicos de la medicina tradicional practican rituales de protección y purificación con los espíritus. Son considerados un puente entre el mundo espiritual y el físico. Su conexión con la naturaleza es fundamental para poder ejercer sus remedios ya que todos los elementos y herramientas que utilizan provienen directamente de la madre naturaleza; como hojas, raíces e incluso cráneos de animales como chimpancés o perros.

El oficio es generacional, el padre transmite sus conocimientos a su hijo varón escogido por los espíritus ancestrales. El nombramiento del futuro chamán es independientemente de la edad que este tenga en el momento que es elegido. Solamente al elegido se le puede otorgar la sabiduría ancestral. Además, la tradición dicta que este debe ser hombre, ya que se considera que la función de la mujer es cuidar y criar a los niños en el hogar y, por tanto, se le niega el conocimiento del ejercicio.

En Uganda, el 31% de la población sufre de pobreza y tan solo el 49% tiene acceso a instalaciones formales de salud médica en sus hogares, según el estudio de J-PAL «Promoviendo la Salud Comunitaria en Uganda». Para Joan Tumukunde, guía de Rift Valley especialista en flora, afirma que la población prefiere acudir al curandero si sienten alguna molestia como una hinchazón en una parte de su cuerpo, antes que visitar un hospital.

Aunque la medicina académica difiere de la medicina tradicional, la primera es la consecuencia y la evolución de la segunda. Los médicos tradicionales colaboran indirectamente con los centros de atención sanitaria. Si una enfermedad no es diagnosticada en el hospital o consideran que no es una patología para ser tratada en el centro, aconsejan visitar al curandero. Aunque el proceso puede producirse a la inversa también. Joan explica que es más fácil acceder al médico tradicional. Si él concluye que no puede curar la enfermedad recomienda ser atendido en un hospital. Los chamanes afirman poder curar todo tipo de enfermedades a excepción de la malaria, el VIH, el covid, el ébola o el cáncer.


En el año 2023, la organización UNAIDS publicó que más de un millón de la población adulta padece VIH . Las muertes que provocó la enfermedad ese mismo año fueron 20.000. Pero la Enfermedad de Trasmisión Sexual (ETS) no solamente se puede contraer por contacto sexual. La transmisión vertical, es decir, que la madre embarazada pueda transmitir la enfermedad al niño durante todo el embarazo y el parto, supuso un seis por ciento de la población infectada. No obstante, aunque existe una baja probabilidad de transmisión vertical si se realiza un tratamiento adecuado, más de 70.000 niños conviven con VIH y aproximadamente unos 3.000 niños fallecieron en el año 2023. De hecho, las principales causas de muerte de la población en Uganda son las condiciones neonatales y el SIDA, según declaró un informe de la OMS (Organización Mundial de la Salud).


Visitar al chamán es una decisión propia tomada a partir de la mayoría de edad, según Joan. Sin embargo, sí pueden ser atendidos si van acompañados de un adulto. En todo caso, aquél que decida dejarse en manos del curandero, deberá compensarle la visita con dinero o trueques con comida o animales como cabras o vacas.


La falta de regulación y la falta de evidencia científica ha provocado que la medicina natural ancestral se cuestione. Los chamanes en Uganda colaboran y conviven con los médicos académicos. Los habitantes de Bigodi, sin embargo, opinan que los médicos académicos no saben de medicina porque han leído muchos libros que les han hecho dudar de la sabiduría ancestral.